Tras vencer en Misiones, Ambrosio dará pelea por el título hasta el final


Tras vencer en Misiones, Ambrosio dará pelea por el título hasta el final

Guillermo Ambrosio completó el Rally de Misiones con su segundo triunfo consecutivo junto a Franco Amaya, lo que les promovió como nuevos líderes del certamen RC5 del Rally Argentino Pirelli. Pero, incluso ante el gran resultado y el título obtenido en la Copa Scorpion Pirelli, el éxito ya es historia para el cordobés del Morano Competición, quien ya trabaja en pos de lograr el título de la clase en la segunda mitad de temporada.

 

Con su talento edificado en los campeonatos provinciales de Córdoba y La Rioja, Ambrosio dio un gran salto al Rally Argentino Pirelli en 2022, año que le vio lograr cuatro podios y luchar por el título. Fiel a su costumbre de ser protagonista de la clase RC5, el piloto de La Tordilla inició el 2024 con podio en General Madariaga, pero, tras un paso esquivo por Jesús María, llegó una rápida y contundente recuperación.

 

Es que Ambrosio no solo llegó a su primer triunfo en Villa Dolores, sino que luego repitió el éxito en Misiones, quizás, una de los eventos más exigentes e inesperadas para obtener un resultado de proporciones tan grandes, que le llevaron junto a Franco Amaya a ser los nuevos líderes del certamen y ganadores de la Copa Scorpion Pirelli. Si bien el cordobés valoró esta doble alegría, también anticipó que trabaja en los rallys venideros.

 

“Estamos más que felices por haber podido ganar la copa. Lograr un título está muy bueno y este resultado nos permitió recuperar muchos puntos. Pero, ahora que tenemos un panorama mucho más claro en el campeonato, podemos mirar y afrontar el resto de la temporada de otra forma, con una mentalidad diferente. De hecho, ya estamos empezando a planificar las cuatro carreras que quedan por delante”.

 

Dicho esto, Ambrosio explicó que, incluso a pesar de su vasta experiencia recogida en competencias de montaña, el Rally de Misiones elevó el estándar de exigencia. Esto le llevó a tener que reinventarse junto a Franco Amaya, para hallar las mejores soluciones posibles a nivel de hoja de ruta, para una competencia que no daba respiro ante sus numerosos cambios de elevación, compresiones, zanjas, saltos y zonas ciegas.

 

“En el shakedown, empezamos a ver muchos pilotos con incidencias y supimos que estábamos ante una carrera más compleja de lo normal. Eso nos obligó a reacomodar algunos detalles de la hoja de ruta, porque no había un tramo más difícil que el otro ¡Todos eran muy exigentes! Por eso, apuntamos a empezar siendo pacientes con el desarrollo del rally y ver dónde terminábamos el primer rulo del sábado”.

 

“Por supuesto, la experiencia que ya tenía en la montaña nos sirvió para este tipo de carreras, porque te permite trabajar más sobre notas como ‘No se ve’ y cómo gestionar los caminos angostos. Pero, lo más difícil para nosotros fue anotar las referencias entre tanta cantidad de zanjas. Al ser caminos angostos y zanjeados, no tenías margen para el error, sobre todo en un auto de tracción simple”.

 

“Entonces, tratamos de hacer la mejor combinación posible entre la información que nos llevamos del shakedown y la hoja de ruta que habitualmente hacíamos, para armar una estrategia de carrera. Pero, nos quedaron tantas advertencias y notas, que por momentos no terminaban de cantarme una curva, que enseguida ya escuchaba la siguiente ¡Incluso, hasta inventamos notas que nunca antes habíamos usado!”.

 

Acto seguido, el nuevo líder del campeonato también hizo hincapié en la táctica de carrera que aplicaron durante el Rally de Misiones, donde pudieron sobrevivir a una desafiante combinación de condiciones de piso y a la presencia de múltiples rocas.

 

“Nunca habíamos corrido en un piso tan engañoso. Por momentos, parecía que estaba muy resbaladizo, pero encontrabas bastante grip. Parte de eso fue porque hubo mucha diferencia de humedad en los caminos entre la mañana y la tarde. Eso hacía que el color de la tierra cambiara un montón, así que por la mañana encontrabas una superficie mojada o húmeda, pero a la tarde los caminos aparecían súper secos”.

 

“Además, había muchas piedras redondas, que hacían que el auto derrapara y se saliera de la línea. Al principio, en los reconocimientos, tratamos de bajarnos del auto con mi navegante, para mirar bien cómo eran. Al notar el formato que tenían, no nos parecieron muy peligrosas, pero después vimos muchas roturas de neumáticos”.

 

“En nuestro caso, salimos con un solo neumático de repuesto en toda la carrera, pero, al haber elegido ser más cautos, fuimos a otra velocidad y eso nos permitió prever más cosas. Por suerte, eso nos ayudó a no tener ningún tipo de problema con las gomas. Pero, creo que la ventaja que pudimos armar cuando empezamos a liderar nos permitió ir aún más tranquilos, cuidando bastante las cubiertas”.

 

“Normalmente, eso no es habitual. En otras carreras tenemos que ir a fondo todo el tiempo y en esos casos el riesgo de romper un neumático es mucho más grande. Pero, la condición que tuvo esta carrera, el análisis previo que hicimos y la ventaja que logramos nos permitieron salvarnos de eso. Así que, estamos contentos, porque nunca estuvimos ni cerca de sufrir un pinchazo, lo que nos habría retrasado mucho”.

 

Consultado acerca de los valores aportados para alcanzar este gran presente deportivo, Ambrosio no dudó en dar crédito en su navegante, Franco Amaya, quien le acompaña prácticamente desde los inicios de su carrera, como así también a Matías Morano, preparador del Morano Competición, que atiende el Ford Fiesta del piloto cordobés.

 

"Pasamos tanto tiempo corriendo junto a Franco, que uno termina hermanándose, dentro y fuera del auto. Logramos una muy buena amistad y relación, al igual que con todos los mecánicos del equipo, lo que nos da mucha comodidad”.

 

“Si bien cada navegante tiene su particularidad, Franco me entiende a mí y yo lo entiendo a él. Eso permite que no tengamos roces y tratemos de ayudarnos y comprendernos constantemente. De hecho, preferimos no decirnos que alguien está haciendo todo bien, para que los dos podamos ir mejorando y no caigamos en un estancamiento que nos impida avanzar y aprender”.

 

“Por supuesto, hemos pasado por procesos duros, pero pudimos correr en buenos campeonatos, con un gran nivel de pilotos, como lo fue en 2022 contra Manuel Torrás, Federico Maisonnave y muchos otros pilotos, con los que hicimos carreras en las que íbamos a fondo todo el tiempo. Eso es algo que te exige estar en un muy buen ritmo con el navegante y con el equipo también”. 

 

De cara a la segunda mitad de temporada, Ambrosio comenzará una más que atractiva lucha por el título contra Pablo Alessandrini, quien a priori se mantiene como uno de sus principales rivales, al marchar a 34,5 puntos de su coterráneo. Pero, mientras Gabriel Abarca, José Franco y Gastón Pedrido también buscan acercarse al pelotón de batalla, el piloto de La Tordilla anticipó que se enfocará en dar pelea hasta el final.

 

“Se vienen cuatro fechas muy distintas, entre las que el Rally de Coronel Pringles es una carrera que nunca hice. Si bien sé que es de llanura, no hay que subestimar a un evento que tiene sus exigencias”.

 

“Por lo demás, el objetivo es pelear hasta último momento, sobre todo porque la última fecha dará puntaje adicional. Pero, hoy lo afrontamos con otra mirada. La manera en la que terminamos esta primera parte de la temporada nos permita correr esta segunda mitad de año de otra forma, con otro tipo de análisis”.

 

“Estamos convencidos de que lo que viene será positivo, porque el auto ya empezó a ser revisado y todos los chicos del equipo están trabajando a pleno, para que esté en las mejores condiciones. Por eso, agradezco a Matías Morano, quien siempre prepara nuestro coche y nos permitió formar un lindo equipo. También, quiero agradecer a mi navegante, Franco, a mi familia y a mis amigos por apoyarme siempre”.