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“El ingeniero del volante”, al mando del Subaru Impreza A8
   
#RallyArgentino400: Sánchez / Galindo brillan en la carrera 200
 
28/07/2022 |

En poco más de una semana comenzará la 51° Vuelta de la Manzana, carrera número 400 en la historia de Rally Argentino. 21 años atrás, el campeonato disputaba su competencia 200 en Tucumán, donde los vencedores fueron el local, Roberto Sánchez y Edgardo Galindo, con un Subaru Impreza A8 de los hermanos Barattero.

 

La temporada 2001 había iniciado con la pérdida del recordado Jorge Recalde en Villa Dolores. Sin el piloto de Mina Clavero, el certamen pasó a tener dos referentes que pelearon palmo a palmo en cada carrera por el título: Roberto Sánchez y Gabriel Raies.

 

Corrían tiempos modernos para el Rally Argentino, campeonato que en ese entonces también tenía vehículos importados de primer nivel. Es así como eran épocas de numerosa participación para los Subaru Impreza y Mitsubishi Lancer, en versión N4.

 

Pero, también había lugar para los A8 y World Rally Car, derivados del Campeonato Mundial, como el Toyota Corolla WRC que Raies aprendió a dominar, con su compleja tecnología y sus tres diferenciales electrónicos. Aún así, dos abandonos previos impidieron al cordobés llegar a Tucumán 2001 como líder del certamen.

 

Ese privilegio era ocupado por Roberto Sánchez, quien fue campeón absoluto de 1999, temporada en la que se consagró con un Subaru N4, tras vencer a Recalde y su Ford Escort Cosworth A8. Dos años más tarde, el tucumano decidió saltar a un Subaru A8.

 

Los hermanos Barattero trajeron una unidad procedente del neozelandés Peter "Possum" Bourne y rápidamente fue un coche ganador en manos de Roberto Sánchez. “Se trataba de un Grupo A, modelo 1996, ex Prodrive, que anteriormente había sido manejado por Carlos Sainz”, recordó el preparador y co-fundador de Baratec, Mario Barattero.

 

“Para 2001, el coche ya tenía su antigüedad, pero mantenía auténticas prestaciones de un auto de carrera, porque tenía diferenciales, caja, suspensión y motor especiales de competición. Importamos ese auto, para pelear también por la general contra los Grupo A, como ya estaban haciendo Raies y Recalde. Obviamente, traerlo demandó un gran esfuerzo, pero pudimos luchar por el campeonato hasta la última fecha”.

 

Sobre este coche, Sánchez llegó a Tucumán con nueve puntos al frente del campeonato A8 de 2001, tras haber ganado en Villa Dolores, el Rally de los Lagos y la Vuelta de la Manzana. Pero, el certamen Absoluto estaba igualado entre Sánchez y Raies.

 

A diferencia de los dos años anteriores, el Rally de Tucumán abandonó el asfalto y recibió a los 41 binomios del Rally Argentino con caminos de tierra, más un itinerario de 12 pruebas especiales y 158,40 km cronometrados.

 

Una serie de fuertes lluvias había dejado a los caminos en condiciones desafiantes, por lo que el panorama de la séptima fecha de la temporada estaba listo para presenciar lo que sería un capítulo apasionante en el duelo Sánchez vs. Raies.

 

Como líder del campeonato, el tucumano abrió el camino en la primera etapa de siete pruebas especiales y 90,8 km cronometrados. Pronto, Sánchez penó con una merma de potencia y una falla del turbo, debido a un incidente con un animal que entró al camino.

 

A raíz de estas alternativas, Raies comenzó como primer líder en Tucumán. El cordobés ganó un total de tres pruebas especiales del sábado, pero nunca pudo marcar grandes diferencias con Sánchez. De hecho, el tucumano también ganó dos tramos y se intercambió el liderazgo de la general con su rival hasta en tres ocasiones.

 

Tan cerrada fue la lucha entre Raies y Sánchez, que el cordobés cerró la primera etapa como líder, con apenas medio segundo sobre el tucumano, ya que además el itinerario tuvo que ser acortado por la suspensión de los dos últimos tramos vespertinos.

 

Restaban apenas cinco pruebas especiales y 67,60 km para definir la carrera en la etapa de domingo. Sánchez salió decidido a descontar la escasa diferencia, pero el tucumano fue sorpresivamente beneficiado por un golpe de escena.

 

Al inicio de la PE8 Lules – Río de los Membrillos, el coche de Raies y Santiago García sufrió la filtración de una piedra, que ingresó entre una llanta y su respectivo freno. Así, un caliper se rompió y el cordobés se salió del camino, lo que dañó un neumático.

 

Al tratarse de una prueba especial de 22,70 km, Raies no tuvo más remedio que detenerse a cambiar el neumático, por lo que perdió más de tres minutos y cayó al cuarto lugar de la general.

 

“Doblamos en una derecha y lo vi a Gabriel parado en un descampado, del lado izquierdo. Roberto venía tan atento al camino, que no lo vio. Yo le dije que Raies estaba parado y él no me quería creer. Me preguntaba: ‘¿estás seguro?’, porque él no lo había visto”, recordó Edgardo Galindo.

 

Luego, el navegante patagónico añadió: “Por suerte, después pudimos seguir más tranquilos, porque supimos que Gabriel había perdido mucho tiempo. Entonces, de no mediar inconvenientes, íbamos a seguir firmes como líderes del rally”.

 

Tal como relató Galindo, el piloto tucumano heredó el liderazgo, con una ventaja tan cómoda, que le permitió gestionar su ritmo durante el resto de la etapa, hasta que finalmente logró imponerse con 2m02s3 de diferencia.

 

Esteban Goldenhersch / Fabíán Cretu (Subaru) y Claudio Menzi / Nicolás García (Mitsubishi) completaron el podio, pero también fueron paralelamente ganador y escolta entre los N4. Por otro lado, Alfredo Altamirano venció en la clase A6 con un Volkswagen Polo, mientras que Federico Schmidt hizo lo propio en la A7, con un Gol.

 

Tras la victoria de la carrera número 200 del Rally Argentino, Roberto Sánchez  extendería su ventaja como líder del campeonato sobre Gabriel Raies. “Fue una hermosa carrera, aunque la ganamos porque Roberto fue local y tenía un gran conocimiento de los caminos”, recordó Edgardo Galindo.

 

El barilochense agregó: “Nos costó mucho ganar y tuvimos que ir muy fuerte para batir al Toyota de Gabriel. Recuerdo que el sábado hicimos una carrera muy peleada y es uno de esos rallyes que, si los ganas, quedan en tu recuerdo con mucho valor”.

 

Luego del retraso en Tucumán, Raies se recuperó luego, con tres victorias posteriores en San Luis, San Martin de los Andes y el Gran Premio final en Uruguay, donde aprovechó una falla mecánica de Sánchez para quedarse con los títulos A8 y Absoluto de 2001.

 

Pese a este desenlace y al único año en que Baratec usó el Subaru Grupo A, Barattero recordó la de 2001 como una experiencia que valió la pena. “Raies y Recalde parecían pilotos a los que nunca se les podía ganar. Eran los mayores referentes y rivales del momento. Nosotros teníamos a un piloto relativamente nuevo, como Roberto. Por eso, haber podido pelear contra ellos de igual a igual fue algo muy, muy bueno”.

 

Foto: Martin Reynoso
Soporte en archivo: Rafael Cerezo (La Voz), Matías Alvarez Ferreira (RS Rallysport) 

 
 
 
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